Piso en la calle Príncipe de Vergara, en el que se realizó una reforma muy personal de la mano del arquitecto Alberto Marcos y la la diseñadora holandesa Marre Moerel, amigos personales de la actual propietaria, alta ejecutiva del mundo del cine, que cambió completamente la distribución de la vivienda buscando la máxima luminosidad y comodidad, dando así predominancia al enorme salon frente al resto de estancias.
A la vivienda se accede a través de una puerta de madera de alta seguridad, que da paso a un pasillo distribuidor donde se encuentra un armario oculto que hace las veces de cuarto de servicio, con lavadora y utiles de limpieza.
A la izquierda se encuentra el dormitorio, con baño en suite con ventana. Allí, donde antes se ubicaba inicialmente el salón, ahora hay una habitación repleta de armarios con acceso a una ducha de diseño. Esta se completa con una hornacina con iluminación tenue, convirtiendo a la misma en un espacio cálido y práctico.
De vuelta al pasillo, entramos directamente en el enorme salon diáfano, con tres grandes ventanales a la calle.
Todas las ventanas están completamente insonorizadas, lo que convierte al salón en un oasis absolutamente silencioso a pesar de su orientación a la calle Príncipe de Vergara. Por los amplios ventanales entra una enorme cantidad de luz, tamizada por unas persianas alicantinas de madera de los años 50, las originales del edificio.
Una inmensa estantería, fabricada por el ebanista Ibai Gabilondo, cubre una de las paredes del salón.
La cocina se conecta al salón a través de un vano abierto, y es otro espacio funcional lleno de detalles. Allí se ubican algunas de las piezas -azulejos y pequeñas esculturas en pared- de la diseñadora Marre Moerel.
Cuenta con todos los electrodomésticos: cocina de gas, nevera, lavaplatos y campana extractora, así como pequeñas alhacenas y una gran despensa.
La vivienda está llena de armarios integrados con el diseño, en todas las habitaciones.
La calefacción es mediante suelo radiante, un suelo de Mortex (microcerámica con resina) de alta durabilidad.
Las lámparas de pared son modelo Marseille, de Le Corbusier.
La casa está domotizada y las funciones básicas se controlan a través de teléfono móvil, desde la iluminación a la calefacción.
Ubicada junto a la Plaza de la República Dominicana, cuenta con plaza de garage en el mismo edificio y la entrada al metro Colombia en la puerta.
Una joya única, situada en una de las zonas más exclusivas de Madrid.